miércoles, 29 de julio de 2009

Cuando me levanto

Cuando me levanto suelo tener pequeños pensamientos que quisiera se convirtieran en sueños. A veces pienso en soñar con una mujer de nalgas grandes y otras pienso en soñar con ser un hombre de pies grandes, no porque los tenga pequeños, pues calzo 42, pero no sé, un piegrande podría ser una muy buena opción para caminar mucho por la vida y robar una que otra sonrisa. Eso sería bonito, como cortar flores y comerselas. Uy que rico. Saborear cada pétalo como si fuera la vagina de una mujer joven, una niña de esas creídas que se creen superbonitas, ja ja ja. Es chistoso. Que tal mi madrecita le diera por leer este diario tan mío, creo que perdería la herencia y toda Manizales se escandalizaría, pues mis tías irían con el chisme por cada esquina y loma de la ciudad donde nacieron ellas, porque yo no nací allí, sino aquí. ¿Entonces, que vengo siendo yo? soy como un tipo que se levanta a pensar en que quiere soñar y que se avergonzaría si su madrecita lo leyera, porque sus tías le contarían a toda Manizales la vergüenza que es tener una oveja negra como yo de sobrino, porque siempre hago sufrir a mi madrecita y muy seguramente, según ellas, soy homosexual.

martes, 21 de julio de 2009

Dormir y tirar

Siempre he creído que todos hemos experimentado una sensación similar o por lo menos hemos soñado con hacer algo así. En ocasiones, tener sexo con la gente que no se conoce bien es más fácil; es más fácil ser guarro con las desconocidas, con la que nunca va a ver otra vez. Por el contrario, hacer las cosas que uno siempre ha querido, sumergir lo más profundo de su cabeza en la gente que lo ve todos los días, los que lo conocen de toda la vida, los que tienen algún tipo de expectiva sobre usted; es difícil. Y todo porque se asustan, se extrañan, se decepcionan, y ponerse en el plan de explicar ese tipo de cosas a “su mujer” es aburridor, porque ella ya le puso la etiqueta, ella ya “conoce”, ya sabe “como tira” usted. Sé que los sueños no se pueden cambiar, que las ilusiones son para siempre, que los planes siempre salen como uno quiere. Es fácil desprenderse de tan poco lastre, de esas cosas que la tiradera le pone a uno encima, pero toca porque esa es la única opción, abrir la mente, dormir y tirar, hasta la muerte y repito esa es la única opción.
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jueves, 16 de julio de 2009

Caminando por Pattaya



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